Redacción.- José Camón Aznar (1898-1979) fue un historiador, escritor y crítico de Arte que, dotado de una vasta formación académica y una honda sensibilidad, dejó impresa una extensa obra de análisis y reflexión que le convierte en una de las figuras más destacadas del panorama cultural español del siglo XX. Escribió más de ochenta libros, impregnados de una serena vocación pedagógica. De su libro Aforismos del solitario la revista digital El Aforista ha seleccionado aquellos dedicados a la temática de Dios, escritos desde una perspectiva rigurosamente católica. En Speculum compartimos un breve muestra de ellos.
Ya hemos crucificado a Dios. Ya el sueño de la humanidad lo acuna el diablo.
*
La creación es la historia del sufrimiento de Dios
*
La escala de Jacob: antes de Cristo para buscar a Dios en las alturas, después en los abismos.
*
Cristo es la divinidad temporalizada: cada minuto lo crucifica.
*
He hablado con el diablo y hemos quedado amigos. He hablado con Dios y las palabras han abrasado mis labios.
*
¿La rapidez del pensamiento? No. Como Dios está en mí, no tengo que recorrer ningún espacio para alcanzarlo.
*
¡Qué gozo! Me he perdido dentro de Dios y ya no encuentro la salida.
*
¿Cuando te convencerás de que Dios es Cristo? Cuando tu hijo esté enfermo.
*
Las leyes generales se cobijan bajo el manto de Dios. pero ¿quién cuidara de las excepciones? Jesucristo.
*
¿Como concibes el infinito? Como el crecimiento incesante de Dios en el seno de Dios.
*
Contra el argumento de Descartes ("Dios es perfecto luego tiene que existir"), yo esgrimo el mío: "Dios es perfecto luego tiene que morir". Y esto explica a Jesucristo.
*
Servir a Dios. Cuando el hombre es tan infeliz y tan aniquilado que Dios mismo puede ser su siervo.
*
Una diferencia entre el hombre y Dios. El hombre posee la ciencia del átomo. Dios su conciencia.
*
En Dios, la contemplación equivale a la creación. Cuando Dios se contempla a sí mismo, se crea.
*
Si llamas a Dios, Dios acudirá, pero a su hora. Si llamas al diablo, este se presenta en el acto.
*
¿Cómo concibes la eternidad? Como un instante en el seno de Dios.